miércoles, 6 de agosto de 2008

SUEÑOS DE GENTE MADURA

Maduro no es quien ya estuvo tiempo suficiente en la vida; es quien tiene vivencias, que pueden no estar necesariamente asociadas a la edad.
Todo en la vida es encanto cuando ingresamos en la adolecencia. Todos los sueños son posibles, todo es fiesta y el paraíso parece estar al alcanze de nuestras manos. Hallamos que el primero amor va a durar para siempre, que vamos a progresar en el trabajo, que las personas con las cuales convivimos serán siempre sinceras y gentiles.
Un día, somos puestos delante de los primeros obstáculos: perdemos nuestro amor, anochece en el paraiso, descubrimos que necesitamos competir y trabajar duro para llegar a algún lugar y que no todas las personas quieren nuestro bien.
Nuestros sueños se quiebran y adquirimos experiencias, nos volvemos adultos, maduramos. Y duele. Dolemos nosotros, duele nuestro ser, duele la vida.
Algunas personas desisten, se cansan de los desengaños y se déjan llevar. Nunca crecen, nunca construyen nada. Descreen de los sueños y de su poder mágico. Envejecen prematuramente, volviéndose gruñonas y mal humoradas. El mundo está lleno de ellas.
Sin embargo, hay personas maduras que todavía sueñan. Sólo que es un sueño distinto. , sueñan reconstruir, recomenzar, reconquistar.
Personas maduras sueñan despues de haber vivido, después de haber quebrado la cara, de haber tenido decepciones, de haber tenido pesadillas, aunque ya hayan enfrentado la dura realidad de que ni todos los sueños se realizan. Pero ellas saben que vale la pena soñar. Y aún sueñan... conscientemente!
Aman de nuevo, de nuevo y de nuevo!...Caen, recomienzan y recomienzan cada vez que caen. Creen siempre que en la próxima vez va a ser diferente.
Colocan sus sueños en las manos, Generalmente, esas personas viven más tiempo y el tiempo que viven es bien más aprovechado.
Son idealistas y benditas!
Las personas maduras que aún sueñan son el sueño de la vida, son la proyección de los mejores deseos de Dios aquí en la tierra.

sábado, 2 de agosto de 2008

Sentidos

Todo lo que acontece pertenece a una misma vibración. Nada es casualidad, todo tiene su causa. Cada amanecer trae su atardecer, cada sonrisa su lágrima y cada nacimiento su partida hacia el más allá.
El sufrimiento pasa, mas lo sufrido es eterno. La enseñanza perdura, si se mantiene fresca. Cuando más desnudo esté nuestro interior, mayor sabiduría podremos alcanzar. De nada sirve ganar el universo entero si no sabemos quienes somos. Solemos dormitar entre libros de filosofía, psicología, religión, política y medicina, y nos olvidamos de vivir. A menudo me han tratado de iluso, irreal y soñador, por pararme a hablar con un enfermo, con un águila, con una flor,o sentir la presencia de Dios invadiendo mi ser. De no dar un sentido a cada momento de nuestra existencia, llegaremos al final de nuestra jornada, en este espacio-tiempo, sin saber para qué vinimos a vivir.
Tú que lees puedes decidirte, ya mismo, a ser auténtico, no esperes la muerte para elegir la vida. Tienes poder interior suficiente para ser tú mismo, comienza ya. En lo profundo de nuestro ser, existen millones de paisajes sin explorar, que esperan ser recorridos por nuestra mirada interior. Nadie vivirá nuestra vida por nosotros, por ello, tú mismo debes dirigirla con autenticidad.
La sabiduría de un guía, sólo sirve para mostrar una posibilidad de optar por un camino. No importa tanto si mi verdad difiere de la tuya, si ambas nos ayudan a ser nosotros mismos y a realizarnos en plenitud como seres humanos en búsqueda de la verdad absoluta. Sólo escucha quien desea escuchar. Sólo en la profunda simplicidad, encontraremos la belleza de lo complejo. Lo verdaderamente importante escapa a estos sentidos.

viernes, 1 de agosto de 2008

VALE LA PENA

Vale la pena cada espina, cada rosa, cada lágrima que riega lo que florecerá en sonrisa, porque la vida es maravillosa por ella misma; no importan las penas, no importa el desamor, porque pasa... todo pasa y el sol vuelve a brillar. Hay momentos que sentimos que todo está mal, que nuestras vidas se hunden en un abismo tan profundo, que no se alcanza a ver ni un pequeño resquicio por el que pase la luz. En esos momentos debemos tomar todo nuestro amor, nuestro coraje, nuestros sentimientos, nuestra fuerza y luchar por salir adelante. Muchas veces nos hemos preguntado si vale la pena entusiasmarnos de nuevo, y sólo puedo contestar una cosa: ¡Hagamos que nuestra vida valga la pena! Vale la pena sufrir, porque he aprendido a amar con todo el corazón. Vale la pena entregar todo, porque cada sonrisa y lágrima son sinceras. Vale la pena agachar la cabeza y bajar las manos, porque al levantarlas seré más fuerte de corazón. Vale la pena una lágrima, porque es el filtro de mis sentimientos, a través de ella me reconozco frágil y me muestro tal cual soy. Vale la pena cometer errores, porque me da mayor experiencia y objetividad. Vale la pena volver a levantar la cabeza, porque una sola mirada puede llenar ese espacio vacío. Vale la pena volver a sonreír, porque eso demuestra que he aprendido algo más. Vale la pena acordarme de todas las cosas malas que me han pasado, porque ellas forjaron lo que soy el día de hoy. Vale la pena voltear hacia atrás, porque así sé que he dejado huellas en los demás. Vale la pena vivir, porque cada minuto que pasa es una oportunidad de volver a empezar.

Al comenzar el día

Al empezar cada día, trataré de aprender algo nuevo sobre mí, sobre ti y sobre el mundo en que vivimos, de tal modo que pueda continuar sintiendo y viviendo todas las cosas como si acabaran de nacer. Al empezar el día, me acordaré de participarte mi alegría, así como mi pena, de manera que nos podamos conocer mejor el uno al otro. Al empezar cada día, me pondré a escucharte de verdad e intentaré comprender tu punto de vista, al tiempo que trataré de darte el mío de la forma más suave, recordando que ambos estamos creciendo y cambiando y cambiando de mil formas distintas. Al empezar el día, recordaré que soy un ser humano y no exigiré de tí la perfección hasta que yo sea perfecto. Al empezar cada día, me cuidaré de acercarme a ti y acariciarte con ternura, porque no quiero dejar de sentirte. Al empezar el día, me dedicaré a renovarme como hombre que ama y a esperar los acontecimientos.